Cuantas veces su niña/o le dijo a usted, a su tío, por favor ¡Léanme un cuento!
Es muy probable que muchas veces, a los niños/as les encanta que les lean cuentos, ellos con solo escucharlos se emocionan, se divierten y también aprenden a través de los cuentos.
Lea y medite en estas siguietes fraces. Que expresó el niñó “Hernando García Megía”
¿Qué hiciera yo para que mi papá, mi mamá, mis hermanos mayores, mis tios y mi abuelita comprendieran, por fin que a mí me encantan los cuentos? Claro que todos piensan que los niños de ahora como yo, nos basta con la tele, o con el atari, o con las maquinitas. Pero en mi caso se equivocan. ¡Qué bello sería que por la noche, antes de acostarme, alguien sacara un libro y dijera: Bueno hoy te voy a leer este cuento!. ¡Adoro los cuentos de enanos, de brujas, de piratas, de fantasmas, de princesas y príncipes encantados!.
Algunos de mis amiguitos me hablan de eso y yo me muero de envidia de que a ellos les hayan leído las historias y a mí no. A mí solamente me olvidan frente a la tele y nada más.
¡Ah, con lo que me gustaría dormirme oyendo tantas aventuras bellísimas, tantas cosas lindas que le ponen a uno a soñar, a volar por otros mundos. Por desgracia los mios no piensan en nada de eso.
¡Cómo ni siquiera leen ellos! En los libros que la gente mayor les lee a los niños casi siempre gozan todos por igual. ¡Pero quién va a leer un cuento para mí! En este mismo momento todos están embobados con la tele. Por lo visto, otra vez deberé irme a mi cuarto solo, después de lavarme los dientes y de dar las bunas noches. Deberé pero no lo haré ¡Hoy tendrán que leerme algo! Si señor tendrán que hacerlo porque voy a gritar, óiganme: Por favor ¡Léanme un cuento!.
Después de analizar estas fraces le animamos a usted padre de familia que le lea cuentos a su niña/o es muy provable que su niña/o también le esté pidiendo a gritos por favor ¡Léanme un cuento! Realice esta actividad cada día al mismo tiempo usted estará estimulando la lectura en su hijo/a y en un futuro su hijo/a será un lector eficiente.
Fuente propia
Declaración universal de los derechos del niño a escuchar cuentos.
- Todo niño, sin distinción de raza, idioma, o religión tiene derecho a escuchar los mas hermosos cuentos de la tradición oral de los pueblos, especialmente aquellos que estimulen su imanación y su capacidad critica.
- Todo niño tiene pleno derecho a exigir que sus padres les cuenten cuentos a cualquier hora del día, Aquellos padres que sean sorprendidos negándose a contar un cuento a un niño, no solo incurren en un grave delito de omisión culposa sino que están autocondenando a que su hijo jamás les vuelva a pedir otro cuento.
- Todo niño que por una u otra razón no tenga a nadie que le cuente cuentos, tiene absoluto derecho a pedirle al adulto de su preferencia que se les cuente, siempre y cuando éste demuestre que lo hace con amor y ternura, que es como se cuentan los cuentos.
- Todo niño tiene derecho a escuchar cuentos sentado en las rodillas de sus abuelos. Aquellos niños que tengan vivos a sus cuatro abuelos podrán cederlos a otros niños que por diversas razones no tengan abuelos que les cuenten. Del mismo modo aquellos abuelos que carezcan de nietos están libertad de acudir a escuelas, parques y otros lugares de concentración infantil, en donde con entera libertad les podrán contar cuentos cuantos quieran.
- Todo niño goza a plenitud del derecho a conocer las fábulas, mitos y leyendas de la tradición oral de su país. En el caso de los niños residentes en nuestro país, éstos tienen perfecto derecho a interesarse en nuestros relatos indígenas y cuentos costumbristas, así como en toda aquella literatura oral creada por el pueblo.
- El niño también tiene derecho a inventar y contar sus propios cuentos así como modificar los ya existentes creando su propia versión. En aquellos casos de los muy influenciados por la televisión sus padres están el la obligación de descontaminarlos conduciéndolos por los caminos de la imaginación de la mano del buen libro de cuentos infantiles.
- El niño tiene derecho a exigir cuentos nuevos. Los adultos están en la obligación de nutrirse permanentemente de nuevos e imaginarios relatos, propios o no, con o sin reyes, largos o cortos; lo único obligatorio es que estos sean hermosos e interesantes.
- El niño. siempre tiene derecho a pedir otro cuento y a pedir que le cuente un millón de veces el mismo cuento.
- Todo niño, por ultimo, tiene derecho a crecer acompañado de las aventuras de los cuentos clásicos. "Había una vez ...", palabra mágica que abre las puertas de la imanación en la ruta hacia los sueños más hermosos de la niñez.
(Reproducción : Biblioteca infantil Juan Sábalo, Universidad Sur Colombiana).